Mentalidad de masas y regÃmenes populistas
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SofÃa Lossley Matamoros
Miembro del Equipo de Bloggers de Estudiantes por la Libertad Latinoamérica
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A lo largo de la historia se ha evidenciado en el contexto polÃtico la volatilidad y manipulación de las masas por medio de la persuasión obstinada de caudillos que logran transformar el ideario colectivo. Esto ocurre poco a poco y nace de la exaltación en las plazas públicas, de los encuentros con la muchedumbre y la explosiva oratoria, de esta manera, las ideas y los principios toman un mayor apoyo entre los sectores populares y los individuos se prestan para ser parte del mensaje independientemente de la factibilidad que este tenga.
  Este fenómeno se denomina psicologÃa de masas, y consiste en las influencias foráneas que son ejercidas por los colectivos o autoridades en un individuo y su extensión en la psique a través de los cambios en el comportamiento de este.  Este campo de estudio se constituyó con aportes de teorÃas psicológicas, sociológicas y psicoanalÃticas y en su desarrollo se estableció el término de anomia, “estado que surge cuando las reglas sociales se han degradado o directamente se han eliminado y ya no son respetadas por los integrantes de una comunidad.†(Porto, et al.). Al igual que el sentido de desindividuación, que se basa en la falta de conciencia de sà mismo, la propia identidad y los códigos morales o éticos que de esta forman parte. Cuando esto sucede, la persona es más propensa a perder la inhibición y seguir de manera automática los comportamientos alrededor. La causa de este fenómeno es la emoción y la adrenalina que los respectivos grupos colectivos causan ya que además originan un sentido de aceptación a conductas que en un ambiente común pueden ser inadmisibles o irracionales.
  Estos elementos son aprovechados por los lÃderes populistas para llegar al poder, ya que utilizan a los sectores discriminados y explotados de la sociedad para crear un ambiente especÃfico y de esta manera consolidar su liderazgo entre estas clases. De modo que, la psicologÃa de masas se evidencia a través de su discurso y accionar; en primer lugar, los populistas se presentan como los únicos capaces de solventar los problemas nacionales; se enfocan en la exaltación al pueblo, que caracterizan de humilde, prodigioso y explotado, el alma de la nación y la clase trabajadora su conciencia, se invoca el espÃritu patriota y la fuerza colectiva; como decÃa Perón:
“el mismo pueblo, que ha de ser inmortal, porque no habrá perfidia ni maldad humana que pueda estremecer este pueblo grandioso en sentimiento y en número.†(peronismoenverdad)
  Asà conforman un grupo de apoyo que entre sà comparte similitudes muy profundas, dado a que de una manera u otra han experimentado el sufrimiento de las situaciones injustas que han pasado, entonces de manera sencilla se tiende a generar un sentido de fraternidad con un gran potencial a expandirse.
  Seguidamente, los caudillos populistas se venden como parte del pueblo, ofrecen su empatÃa y entendimiento y se exponen como el salvador, un aliado, y propagan entre la multitud un sentido de resguardo y seguridad. Estos elementos combinados reúnen a las minorÃas y hacen que la gente ponga a un lado cualquier inquisición racional que tengan al respecto y den absoluta confianza y lealtad.
  Después, establecen la existencia del “enemigo del puebloâ€, para alentar el odio entre clases sociales, con el propósito de polarizar la sociedad (Krauze), asÃ, este puede ser cualquier vil ente a la cual se le responsabiliza por todos los abusos y miserias a la clase obrera y la nación en general, y se puede llamar oligarquÃa, imperialistas, o no tener nombre del todo, para asà adaptarlo a quien se presente como opositor. Por medio de ello, el lÃder también logra controlar la apatÃa de la multitud y avivarla cuando le sea conveniente para hacer más sencilla la movilidad social.
  Asimismo, se crea el sentido de pertenencia a un grupo y lo definen marcando una diferencia con respecto al que es antagonizado. Además, explotan la anomia de sus seguidores por medio de la promoción de comportamientos violentos que, según ellos los van a ayudar en la lucha por una supuesta libertad. Todo este proceso sigue el principio del valor que tiene la aceptación entre los individuos, buscan asimilación y comprensión, mientras que el rechazo genera miedo. De hecho, se ha comprobado que entretanto lo más pequeña la minorÃa, lo menos probable de que exprese una opinión contraria.†(Hoodbhoy) y consecuentemente, se deja atrás a la gente pensante y se establece un rebaño sumiso.
  Estas etapas van generando el sentido de desindividuación entre la gente; una persona perdida en una multitud que aclama entre gritos se vuelve otro de ellos. Las repercusiones inmediatas se ven en las protestas violentas o en los enfrentamientos contra grupos de autoridad, en donde la avalancha de gente se cree invencible entre sÃ.
  Luego, los efectos de ello a largo plazo se evidencian de manera más contundente en el apoyo que se le da a reformas y polÃticas peligrosas o abusivas que buscan venganza con los sectores acomodados o que pretendan ser planteamientos milagrosos, aunque no presenten una solución a los verdaderos problemas del pueblo. También, en actos que atenten contra la democracia, la libre expresión o los derechos humanos fundamentales, los cuales suelen terminar en los mismos hechos injustos y trágicos de los cuales el pueblo pretendÃa alejarse.
  Al final, todo este proceso cataliza en un fracaso para la sociedad en donde se practique, ya que ningún movimiento polÃtico que se considere de beneficencia pública y que promueva la democracia se levanta bajo el ruin medio de convertir a su pueblo en ovejas, disminuyendo asà el individualismo y constituyendo una mente colectiva que luego derivan en la represión de los derechos humanos, el mal manejo de la economÃa y la violencia sistemática, como ha ocurrido bajo los varios regÃmenes populistas que lograron llegar el poder en América Latina.
  Para combatir este fenómeno, que puede ocurrir a grande y pequeña escala, es necesario incentivar la educación polÃtica y el análisis crÃtico de quienes se presentan como los futuros lÃderes de nuestra comunidad, no muy lejos están hoy ciertos paÃses en caer en este crimen debido a la indignación que causan los polÃticos tradicionales y los múltiples casos de corrupción en los que se ven inmersos. Además, como ciudadanos y como defensores de la libertad, es un deber impulsar la importancia del individualismo, para considerar, fuera de la bruma de la sociedad del espectáculo, el mejor camino para promover la justicia, la eficacia y la eficiencia en el gobierno.
Referencias:
1 Giacalone, Davide. Populisti. 2017. fondazioneluigieinaudi.i.
Hoodbhoy. Pervez. “Herd mentality in politicsâ€. Dawn. dawn.com. 2015.
Perea, Carlos Moscoso. El populismo en América Latina. Vol. 36. Centro de estudios constitucionales, 1990.
Puhle, Hans-Jürgen. “Populismo en América Latina.†(1987).
Porto, et al. “Definición de Anomiaâ€. definicion.de. 2012.
Psicosis. Estudio del psicoanálisis y psicologÃa. “PsicologÃa de las Masasâ€. psicopsi.com.
2 Universidad Kennedy. ¿Qué es el populismo. 2017. kennedy.edu.a. Dirección de Comunicación y Marketing.
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